Por Sebastián Jorgi
Esta novela viene mentada, reescrita, desde hace muchos años, cuando Ramona Díaz todavía estaba cumpliendo labores docentes en la enseñanza. Los borradores tienen larga data, con solo hurgar en su computadora, comprobaremos el origen en un archivo provisorio que Ramona denominó Rescate. No es gratuito esta nomenclatura, precisamente, porque nuestra narradora estaba rescatando imágenes, situaciones, paisajes , sobre todo de su niñez en el pueblo natal, Colonia Carolina, ubicado a unos 8 kilómetros de la ciudad de Goya, Corrientes,
Una y otra vez, en sucesivos intentos de retomar el manuscrito —realmente lo atestigua su cuaderno, primero, y los archivos posteriores en Word–. Se había perpetuado en su memoria y en el papel un eterno racconto, a partir de una situación angustiosa, cuando fue embargada la casita colorada, donde vivía con sus padres, a orillas del Paraná.
Y el año pasado, en 2023 Ramona decidió sumergirse de manera continuada en el texto, hasta el punto en que el sello editorial Librería de la Paz, le ofreció editar la novela. Tras obstinadas lecturas y correcciones, dio a luz en julio de 2024, en la ciudad capital de Chaco, Resistencia.
Estructurada en tres partes —La casita colorada, Del otro lado del arroyo y El parque—, la novela está sustentada por un ambiente costumbrista, que se remite a los años 50. Un mundo narrado pleno de recuerdos con su madre y su padre, en años conflictivos políticamente en los campos de Goya, la ciudad llamada la Petit Paris de Corrientes.
Crece la heroína, en medio de privaciones pero también alegrías, sobre todo en los carnavales típicos. El acontecer tiene momentos álgidos, donde la imposibilidad es el único proyecto que se avizora. El futuro, pese a las ansias de continuar la escuela primaria, se ve constantemente amenazado por los avatares económicos de la familia. Luego de la pérdida de la casita colorada, deben alojarse en el campo del abuelo de Nena, tal el personaje que expande el acontecer del cerco novelístico. Una narradora camuflada por tramos omnisciente cargada de angustia y por momentos de alegría: aparecen donantes que ayudan a atravesar un tránsito de la niñez pleno de avatares.
Es curioso como Ramona Díaz se desdobla y el personaje Nena—indudable alter ego—despliega las peripecias a través de una tercera persona. En ese mundo inseguro, tambaleante, el personaje transita por varias familias vecinas, de manera que van apareciendo los donantes-ayuda, imprescindibles para esta historia escindida entre el realismo mágico y un crudo, lacerante, cuadro de costumbres,
Hay que destacar la ilustración de tapa del artista plástico Guillermo Roura, de Mar del Plata, interpretando a la añorada casita colorada, que aún sacude la memoria de Ramona, perdida por un inusitado embargo. Sucesivas escenas familiares van alimentando el corpus de la novela, con un lenguaje sencillo, “en vivo y en directo” podríamos decir, acuñando una frase popular.
Tiene un fuerte síndrome poético las instancias de la escuela primaria, con el maestro Carlos Charreta como Hacedor, marcando el camino nuevo, con su guardapolvo blanco como señalando el destino de aquella niña apodada Nena. Truncada su ilusión de permanecer en la escuela, arrancada de un saque del sueño de realizarse.
Otro tema para destacar son los diálogos, sobre todo el que entabla con Carla, en un viaje inolvidable en sulky, ambas sostenidas en un código de lealtad, “es nuestro secreto”, una complicidad en el que se va anticipando un hálito de esperanza en Nena, “yo sé que voy a encontrar un lugar más lindo para vivir”. A todo esto, se deja entrever que su padre, Jacinto viene de un pasado misterioso, un hombre de trabajo y que es respetado como tal, como un valiente, capaz de desarmar a algún pendenciero en medio de una fiesta. Sin embargo, las vicisitudes están a la vista, porque los patrones no son todos generosos y se aprovechan de la endeblez de los pobres.
Lo mítico se mixtura con la realidad, también lo onírico, cuando una noche caen y caen piedras sobre la vivienda, instancias que llevan a la heroína a dudar del acontecimiento. Lo fantástico y las leyendas se imbrican en el escenario. Quizás los momentos de clímax son los encuentros con los cambacitos que habitan y afloran desde la Laguna Verde, en horas de la siesta, horas prohibidas para mandarse a mudar solita por ese paraje peligroso, ubicado del otro lado del arroyo.
Bien lo expresan las acertadas palabras de Antonio Ramón Gutiérrez en la contratapa: “El dolor y las dudas irrumpen en ese universo, pero la protagonista vislumbra un camino”, una precisión sutil por parte del querido poeta y psicoanalista radicado en Salta.
Y será el camino que nos hace transitar Ramona Díaz, impregnada su memoria de los tramos de vida que encuadra con una textura precisa en esta novela, que conmueve desde la inocencia de Nena, pero también desde la valiente decisión de irse lejos, buscando un mejor destino. ¿ O también tranquilidad, paz espiritual? Lo que se cristaliza ya en la parte tercera, El parque, es esta sentencia: “siempre me acompañó el deseo de algo mejor para nuestras vidas”. Un deseo que se multiplica, porque Nena piensa también en sus hermanitos, constantemente citados a lo largo de su novela y de su vida. Un corazón solidario, posteriormente practicado con el prójimo–me consta– en los treinta años de docencia, a pleno compañerismo con sus pares y entregado trato cariñoso con sus alumnos.
Algunos tramos de la novela están escritos en primera persona, por la intensidad y dramatismo que emanan del texto. Estamos ante un acontecer de una novela madurada en su composición, denodada con esfuerzo al paso de los años. Ramona Díaz cumplió el sueño de Nena, ser “señorita maestra” que era el destino buscado y de otro sueño que fue amasando en su memoria, en su imaginería poética: escribir la novela, tantas veces postergada y reescrita. El rescate resultó exitoso, Después de muchos años de trabajar el texto, el rescate resultó exitoso. Enhorabuena.
La autora
Ramona Díaz nació en Goya, provincia de Corrientes. Reside en Capital Federal. Profesora de Enseñanza Primaria (Escuela Normal de Profesores N° 2 Mariano Acosta –culmina carrera en el Próspero Alemandri de Avellaneda 1978.) Profesora de Enseñanza del Adulto y del Adolescente. (Instituto de Formación Docente N°1 de Avellaneda, 1995,Bibliotecaria Escolar y Auxiliar.2000.
Sus escritos aparecieron en medios gráficos como La Capital de Mar del Plata, El Tiempo de Azul y en antologías, revistas nacionales y extranjeras..Ha publicado La niña perdida en traducción de Carolyn Brown(100 words. Univ, de Iowa, 1996). Obtuvo importantes distinciones por su obra narrativa en Merlo(San Luis) y Prov. de Buenos Aires, (Chascomús y Concurso Internacional Latinoamericano de Junín, 2020)
Ha presentado su libro Duendes en mi camino (2015) con prólogo de Marta de Paris y Niños audaces,(2020)con Prólogo del Dr. Marcelo Bianchi Bustos y Umbral de Bertha Bilbao-Richter e ilustrado por Mabel Fontau. Su libro de poemas Soledad en los parques, (2021) fue festejado con diversas opiniones e ilustrado por el gran artista plástico Guillermo Roura.
En 2022 tuvo un Conversatorio con alumnos de la Universidad Marechal de Paraná (Brasil) coordinado por la Dra, Denise Scolari Vieira, y otro con el Instituto Literario y Cultural Hispánico de California (ILCH) por sus ficciones.
Asimismo la Revista RANLE, órgano de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, publicó su cuento La nube negra, seleccionado por el Dr, Carlos Paldao. Consagrada Dama de Cristal en el Grupo MEC en 2022, que dirige la Profesora Martha Edith Candioti. La Intendencia de Goya le ha entregado una plaqueta en reconocimiento a su obra literaria y a su accionar por la cultura en la Feria del Libro de las Pasiones en 2023.
Recientemente su relato El viaje fue seleccionado en el I Premio de la Memoria de la Emigración Española, convocado por la UNED (Universidad de Zamora, España.)
El sello playa sola acaba de editar Misterio en el barrio Cafferata. Relatos, contratapa de María Cristina Chiama. Su novela Los combacitos de la Launa Verde es una flamante publicación de Librería de la Paz, contratapa de Antonio Ramón Gutiérrez, Resistencia, Chaco.
Está pendiente una próxima edición de Duendes en mi camino con comentarios críticos de personalidades literarias, en la colección Narradoras del ILCH, bajo la supervisión de la Dra.Rosa Tezanos Pinto de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
Es miembro de SADE filial Goya y del Instituto Literario y Cultural Hispánico con sede en California. EEUU.
Ha ejercido la Docencia durante 30 años.